Chequeo médico: la prevención como principal aliada del deportista

Por Camila Barreiro y Samanta Ergas

“Prevención es la respuesta”, remarca la Dra. Patricia Sangenis, ante la tímida consulta que circula entre todos aquellos que quieren comenzar a hacer deporte y se preguntan para qué sirve el chequeo médico. Es que, la especialista en Medicina del Deporte asegura que hacer esta evaluación sirve para conocer el propio estado de salud y, así, estar seguro de que se puede llevar adelante la práctica de un deporte sin correr riesgos.

Una vez con los resultados, el médico puede evaluar cuál es el estado de salud del paciente y aconsejarle sobre qué tipo de entrenamiento tomar. “En la mayoría de los casos, la clave es la intensidad y el tipo de trabajo. Aquí radica la diferencia entre el ejercicio físico saludable y benéfico y el entrenamiento peligroso”, argumenta la médica cardióloga.

La Dra. Sangenis (MN 58.475) responde las principales dudas sobre la importancia del chequeo previo (“apto médico”) a la práctica deportiva.

¿Qué pruebas deben hacerse en el chequeo médico?

El chequeo incluye estudios básicos que permiten conocer el estado de salud. De acuerdo a la edad del deportista, incluirá (más o menos): examen físico que conste de un examen cardiovascular (auscultación), un electrocardiograma en reposo (para conocer la actividad eléctrica de su corazón y frecuencia cardíaca) y, si existen factores de riesgo aumentados -como sobrepeso, tabaquismo, hipertensión arterial o antecedentes coronarios, o edad superior a 35 años- será necesaria una ergometría o electrocardiograma de esfuerzo (que es similar al anterior pero se realiza haciendo actividad física, para determinar cómo responden a la actividad). Este estudio es útil completarlo con un eco cardiograma doppler que permite ver el tamaño y estado de las cavidades, válvulas y paredes del corazón.

Si se tienen antecedentes de colesterol o triglicéridos aumentados, un eco doppler de vasos de cuello dará idea del impacto que pudiera haber producido el depósito de las grasas aumentadas, en las carótidas, vías principales de oxigeno y nutrientes al cerebro.

Una evaluación postural, ortopédica y de la alineación de la columna permite prevenir dolores evitables y lesiones. Un simple espinograma (radiografía de toda la columna) nos dará idea del estado de la salud de la columna vertebral.

Por último, un análisis completo de sangre y orina, además de permitir el chequeo de nuestra química interna, nos dará idea de si nuestra alimentación e hidratación van por el camino correcto.

¿Cada cuánto debe renovarse el estudio?

La Ley 5397 de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sancionada en el año 2015, estipula que para carreras de calle (5 km y más) y gimnasios (práctica deportiva no competitiva) el apto físico tendrá validez máxima de un año a partir de la fecha en que fue expedido.

¿El chequeo médico varía según la exigencia a la que se expondrá el paciente?

La voluntad puesta en el entrenamiento físico se manifiesta en la competencia, el esfuerzo físico es importante (no es lo mismo correr una carrera de 10 ó 21 km en Palermo a intervenir en una carrera en la montaña). No es lo mismo en términos de exigencia a nuestro cuerpo. En la mayoría de los casos la clave es la intensidad y el tipo de trabajo.

La diferencia entre el ejercicio físico saludable y benéfico, y el entrenamiento peligroso radica en la seguridad de estar aptos para enfrentar el desafío desde el punto de vista de la salud. Y en este tema, es mejor no correr riesgos innecesarios. Yo propongo que sean tan cuidadosos con su entrenamiento como con la elección del calzado deportivo.